jueves, 28 de octubre de 2010

De Coranes y Banderas.

No dejo de pensar en qué ve la gente de molón, de rentable o de racional en la quema de libros o banderas.

Un libro no deja de ser un conglomerado de celulosas y tinta, al igual que una bandera, una tela de diferente color.  Objetos inanimados, elaborados por el hombre para su uso y beneficio.  La quema de libros siempre la he tenido como un acto de barbarie sin parangón, difícilmente justificable ante los ojos de la lógica y el raciocinio que perjudica más que beneficia.

Si estás en contra de lo ahí expuesto, del texto que ha plasmado su autor, de la doctrina que imparte...edita tú otro libro que lo demuestre, desmonta las falacias y falsedades que puedan darse en dicho texto, y demuestra ante los ojos de la razón y el sentido común que los dogmas de Fe se deben a la intelectualidad de cada ser, o a la falta de ella.

Nuestra enseña nacional. Bandera que fue orgullo de un imperio, y que se tiñó de sangre en multitud de ocasiones con Honor, Nobleza y Gallardía...y que representa lo poco de bueno que aun queda en nuestra Patria.  Bandera a la que si le cambias uno de sus colores, pese a ser el mismo tejido, la misma tela del mismo cuño, cambia radicalmente de significado tornándose maligna, representativa del odio, el rencor, la basura amoral que puebla nuestras tierras; los destructores.

Pero sigue sin ser culpa de ese colorido paño, sino de quienes la enarbolan y hacen de ella un arma de combate. Y es a ellos a quienes debemos combatir frontalmente; a quien la diseña, quien la teje, quien la enarbola y quien la enaltece.  Mutilar un tejido por muy detestable que nos parezca, no deja de crear peligrosas similitudes entre nuestro actuar, el de la gente decente que cree en el futuro, y el de los detractores de la Decencia y la Honestidad. No puedes condenar la quema de Biblias en Israel defendiendo la quema de Coranes en USA ya que en ambos casos la única diferencia es el color ideológico, la distinción argumental en un hecho irracional a las claras que simboliza destrucción, imposición por la fuerza y despotismo.

Y somos mejores, muchísimo mejores que ellos...y debemos demostrarlo a todos los niveles.  Construyamos, trabajemos y luchemos por nuestra Patria desde la razón, la cordura y el raciocinio, y dejemos a quien lucha por el odio y el desdén que sean ellos quien mutile objetos, quienes se pierdan en diatribas estériles que les avoque definitivamente a su extinción.

Nosotros tenemos otras metas que alcanzar cuyo sendero comienza en la Razón.

Un saludo.

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